Algunas características primitivas aún persisten en la actualidad.
MADRID, España.- El cuerpo humano es el fiel reflejo de la evolución. Durante miles de años, el hombe logró desarrollar diferentes capacidades, como la de moverse erguido, lo que le ha permitido adaptarse a lo que lo rodea. Así, con el paso del tiempo, fue desechando casi todas las características primitivas que ya no le servían para nada. Sin embargo, algunas persisten en la actualidad, informó el diario español "Abc", citando al sitiomarcianos.com. A continuación, diez de ellas.
- Muelas del juicio: son el ejemplo más popular de los órganos inútiles. Debido a la dieta actual de las personas, esas piezas dentales quedaron obsoletas. Sólo un 5% de la población posee los cuatro cordales en perfectas condiciones.
- Cóccix: nuestros ancestros homínidos perdieron la cola antes de empezar a caminar. Lo que queda es el cóccix, un grupo de tres a cinco vértebras fusionadas en el extremo de la columna vertebral. Su única función es ayudar a mantener los músculos de la estructura, pero su eliminación no daña al paciente. En la actualidad sirve para causar un fuerte dolor cuando un se cae sobre esa parte.
- Los músculos extrínsecos del pabellón auricular: permiten a algunas personas mover sus orejas. No obstante, no tienen ningún otro uso que el de ser una extraña atracción.
- Tercer párpado: aún común entre las aves. Es una membrana especial para proteger el ojo y barrer los residuos del exterior. Los humanos conservan solo un pequeño pliegue en la esquina de su ojo.
- Punto de Darwin: es una pequeña sección de piel pegada en la parte superior de cada oreja. Sólo en ocasiones aparece en los humanos modernos. Podría ser un remanente de una habilidad del hombre para centrarse en los sonidos distantes.
- Vello corporal: las cejas evitan que el sudor caiga en los ojos; las pestañas actuán como defensa de los ojos; la barba masculina podría tener un papel en la selección sexual. No obstante, la mayor parte del pelo restante en el cuerpo humano no tiene ninguna función.
- Músculo plantar: a menudo confundido con un nervio por los estudiantes novatos de medicina. Fue útil para otros primates, que lo utilizaban para agarrar objetos con los pies. Ya ha desaparecido del 9% de la población humana.
- Piel de gallina (músculo erector del pelo): conjunto de fibras musculares lisas que permiten a los animales eriza su pelaje para mejorar su capacidad de aislamiento o para intimidar a otros animales. Los humanos conservan esta habilidad aunque, evidentemente, han perdido la mayor parte de su pelaje.
- Los pezones masculinos: los conductos lactíferos se forman antes de que la testosterona provoque la diferenciación entre sexos en el feto. Los hombres cuentan con tejido mamario inutil.
- Decimotercera costilla: nuestros parientes más cercanos, los chimpancés y los gorilas, cuentan con un juego extra de costillas. La mayoría de nosotros tenemos 12, pero el 8% de los adultos todavía tienen un par más. (Abc.es-Especial) Fuente La Gaceta
MADRID, España.- El cuerpo humano es el fiel reflejo de la evolución. Durante miles de años, el hombe logró desarrollar diferentes capacidades, como la de moverse erguido, lo que le ha permitido adaptarse a lo que lo rodea. Así, con el paso del tiempo, fue desechando casi todas las características primitivas que ya no le servían para nada. Sin embargo, algunas persisten en la actualidad, informó el diario español "Abc", citando al sitiomarcianos.com. A continuación, diez de ellas.
- Muelas del juicio: son el ejemplo más popular de los órganos inútiles. Debido a la dieta actual de las personas, esas piezas dentales quedaron obsoletas. Sólo un 5% de la población posee los cuatro cordales en perfectas condiciones.
- Cóccix: nuestros ancestros homínidos perdieron la cola antes de empezar a caminar. Lo que queda es el cóccix, un grupo de tres a cinco vértebras fusionadas en el extremo de la columna vertebral. Su única función es ayudar a mantener los músculos de la estructura, pero su eliminación no daña al paciente. En la actualidad sirve para causar un fuerte dolor cuando un se cae sobre esa parte.
- Los músculos extrínsecos del pabellón auricular: permiten a algunas personas mover sus orejas. No obstante, no tienen ningún otro uso que el de ser una extraña atracción.
- Tercer párpado: aún común entre las aves. Es una membrana especial para proteger el ojo y barrer los residuos del exterior. Los humanos conservan solo un pequeño pliegue en la esquina de su ojo.
- Punto de Darwin: es una pequeña sección de piel pegada en la parte superior de cada oreja. Sólo en ocasiones aparece en los humanos modernos. Podría ser un remanente de una habilidad del hombre para centrarse en los sonidos distantes.
- Vello corporal: las cejas evitan que el sudor caiga en los ojos; las pestañas actuán como defensa de los ojos; la barba masculina podría tener un papel en la selección sexual. No obstante, la mayor parte del pelo restante en el cuerpo humano no tiene ninguna función.
- Músculo plantar: a menudo confundido con un nervio por los estudiantes novatos de medicina. Fue útil para otros primates, que lo utilizaban para agarrar objetos con los pies. Ya ha desaparecido del 9% de la población humana.
- Piel de gallina (músculo erector del pelo): conjunto de fibras musculares lisas que permiten a los animales eriza su pelaje para mejorar su capacidad de aislamiento o para intimidar a otros animales. Los humanos conservan esta habilidad aunque, evidentemente, han perdido la mayor parte de su pelaje.
- Los pezones masculinos: los conductos lactíferos se forman antes de que la testosterona provoque la diferenciación entre sexos en el feto. Los hombres cuentan con tejido mamario inutil.
- Decimotercera costilla: nuestros parientes más cercanos, los chimpancés y los gorilas, cuentan con un juego extra de costillas. La mayoría de nosotros tenemos 12, pero el 8% de los adultos todavía tienen un par más. (Abc.es-Especial) Fuente La Gaceta
