La morocha pasó un momento álgido durante el viaje exótico que hizo con su pareja por Medio Oriente
Tras convertirse en la ganadora de un reality show chileno y lucirse en el teatro de Villa Carlos Paz, la ex ganadora de “Soñando por bailar”, Eugenia Lemos, hizo su mochila y emprendió un viaje de 40 días por Asia junto a su novio, Matías Kosznik.
“La pasé bastante mal, sobre todo porque a cada rato me querían comprar por camellos”, reveló Lemos. “El viaje arrancó en Egipto y fue medio raro. Llegamos de turistas, con las mochilas y sin haber reservado hotel”, explicó la morocha.
“Me dio mucho miedo, porque Egipto viene de la revolución, El Cairo está muy mal, y la gente se pelea violentamente hasta para subirse a un taxi. La pasé bastante mal, sobre todo porque a cada rato me querían comprar por camellos”, sentenció.
“Pensamos que era una joda, pero no. Venía un tipo y le decía a Mati: Hombre muy afortunado, tiene hermosa mujer, te la cambio por un camello. Mati le decía que no, con una sonrisa y el otro se ponía serio”, relató la morocha.
“Dos camellos, redoblaba la apuesta. Y otra vez: Dos camellos y 12 gallinas. ¿Qué más querés? Y se ponía nervioso. Nosotros no sabíamos cómo zafarla y cada vez se enojaba más el tipo y ofrecía más cosas”, indicó Lemos, de 27 años, quien tuvo que ser escudada por su novio.
“Nos empezamos a ir cuando notamos que se ponía heavy el ambiente. El Cairo fue muy difícil, el clima de la revolución flota en el aire”, señaló la morocha, quien sin embargo fue presa de una de las costumbres locales más antiguas y peculiares.
Tras convertirse en la ganadora de un reality show chileno y lucirse en el teatro de Villa Carlos Paz, la ex ganadora de “Soñando por bailar”, Eugenia Lemos, hizo su mochila y emprendió un viaje de 40 días por Asia junto a su novio, Matías Kosznik.
“La pasé bastante mal, sobre todo porque a cada rato me querían comprar por camellos”, reveló Lemos. “El viaje arrancó en Egipto y fue medio raro. Llegamos de turistas, con las mochilas y sin haber reservado hotel”, explicó la morocha.
“Me dio mucho miedo, porque Egipto viene de la revolución, El Cairo está muy mal, y la gente se pelea violentamente hasta para subirse a un taxi. La pasé bastante mal, sobre todo porque a cada rato me querían comprar por camellos”, sentenció.
“Pensamos que era una joda, pero no. Venía un tipo y le decía a Mati: Hombre muy afortunado, tiene hermosa mujer, te la cambio por un camello. Mati le decía que no, con una sonrisa y el otro se ponía serio”, relató la morocha.
“Dos camellos, redoblaba la apuesta. Y otra vez: Dos camellos y 12 gallinas. ¿Qué más querés? Y se ponía nervioso. Nosotros no sabíamos cómo zafarla y cada vez se enojaba más el tipo y ofrecía más cosas”, indicó Lemos, de 27 años, quien tuvo que ser escudada por su novio.
“Nos empezamos a ir cuando notamos que se ponía heavy el ambiente. El Cairo fue muy difícil, el clima de la revolución flota en el aire”, señaló la morocha, quien sin embargo fue presa de una de las costumbres locales más antiguas y peculiares.
