"Sólo puedo repetir que Tata (papá) está en un muy estado crítico, cualquier cosa es inminente, pero también quiero subrayar, una vez más, que sólo Dios sabe cuándo llegará su hora", dijo una de las hijas del ícono mundial de la lucha contra el racismo. Sin embargo, precisó que el líder sigue abriendo los ojos y "reacciona al tacto".

"Vamos a esperar junto a él, con papá, mientras siga con nosotros", añadió.

Poco antes, el vocero de la Presidencia de Sudáfrica, Mac Maharaj, dijo también a la radio pública que la salud de Mandela "ha empeorado en las últimas 48 horas".

El anuncio de Maharaj se produce después de que el presidente sudafricano, Jacob Zuma, cancelara anoche un viaje a Mozambique previsto para hoy, tras visitar a Mandela en el hospital y comprobar que seguía en situación "crítica".

Frente a la falta de información concreta sobre las circunstancias que rodean al ex presidente, los medios locales filtraron algunos datos sobre su internación.

Según trascendió, a la infección pulmonar con la que ingresó Mandela al hospital por cuarta vez en seis meses se sumaron fallas renales que lo obligan a recibir sesiones diarias de diálisis cada tres horas. Además, trascendió que respira con asistencia y que los médicos pidieron a la familia que tome una decisión sobre la posibilidad de desconectarlo de los aparatos que lo mantienen con vida, indicó el diario The Citizen.

Ayer, en este contexto, el arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo, Thabo Makgoba, visitó a Mandela y rezó por un "final apacible y perfecto" para el primer presidente negro del país, un día después de que la familia se reuniera de manera privada para analizar dónde enterrarán al líder. Hay dos opciones: mientras algunos desean que los restos de Madiba -como lo llaman en Sudáfrica- descansen en Qunu -donde Mandela se crío, tiene una casa y deseó que descansen sus restos-, otros prefieren enterrarlo en Mvezo, su pueblo natal.

Nelson Mandela tiene 94 años y fue hospitalizado el pasado 8 de junio en estado "grave pero estable" por una recaída de una infección pulmonar, pero el pasado fin de semana su situación pasó a ser "crítica", despertando una fuerte conmoción en la sociedad.

Mandela luchó durante 67 años contra el régimen del "apartheid", en cuyas cárceles pasó 27 años y contrajo los problemas respiratorios que padece de forma recurrente.

Tras ser liberado en 1990, Madiba encabezó junto al último presidente del "apartheid", Frederik De Klerk, el desmantelamiento pacífico del régimen segregacionista. Ambos recibieron el Premio Nobel de la Paz en 1993 y, al año siguiente, Mandela afianzó desde la presidencia una improbable paz racial.