Aunque surgieron cuestionadas, las internas abiertas ganan adhesión. La experiencia de UNEN demostró su utilidad y ya hay varios kirchneristas y opositores anotados para competir en 2015. ¿Se viene una reforma?
“La apuesta a las PASO dentro del sistema electoral va a ir creciendo y, en 2015, van a tener más importancia e incidencia que nunca. A partir de la experiencia de UNEN, en la Capital, el año pasado, tanto en ese espacio como en el progresista se está intentando forjar una alianza no peronista y las PASO surgen como alternativa para alcanzar esa meta”, aseguró en diálogo con Veintitrés el analista Ricardo Rouvier. Elisa Carrió y Pino Solanas salieron fortalecidos de las internas en el distrito porteño y después, en contraposición con la fórmula entre Ricardo Alfonsín y Margarita Stolbizer que compitió en tierra bonaerense, también obtuvieron mejores resultados en las legislativas. Una de las conclusiones fue que las PASO fortalecieron a los candidatos de la llamada centroizquierda. Hoy los precandidatos del radicalismo, la Coalición Cívica y el FAP confían en este recurso para resolver, incluso, las diferencias entre postulantes de una misma fuerza.
“También, todo indica que el kirchnerismo va a recurrir a las PASO de otra manera, y no como hizo hasta ahora con una candidatura única, que es una simplificación de esta herramienta. Lo más probable es que en 2015 varios dirigentes del peronismo y el kirchnerismo atraviesen por las PASO con varias precandidaturas”, vaticinó Rouvier. “Sí, voy a ser candidato. Voy a participar de las PASO en 2015”, aseguró el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, la semana pasada en una entrevista con Página 12. El lanzamiento, que hace unos pocos meses hubiera generado escozor en las filas kirchneristas, hoy ya es moneda corriente. Después de las elecciones legislativas del año pasado, de a poco, varios dirigentes alineados con la Casa Rosada se animaron a decir en voz alta que aspiran a suceder a la presidenta Cristina Fernández. Hasta ahora, además de Urribarri, los anotados son su par bonaerense, Daniel Scioli; el senador Aníbal Fernández y el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. Juan Manuel Urtubey, gobernador de Salta; el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, quien anticipó que Scioli “no” lo representa, también quieren jugar fuerte en la sucesión. Casi todos están de acuerdo en que las internas abiertas servirán para resolver la contienda. Y también permitirán fortalecer la candidatura del que resulte elegido, ya que el resto tendrá que encolumnarse detrás de ese liderazgo. “En este momento son muchos los candidatos en el peronismo kirchnerista que quieren competir, pero quien gane las PASO verá reforzada su candidatura, porque surge triunfante de una elección”, según Rouvier.
Las PASO fueron creadas en 2009, tras la aprobación de la ley electoral 26.571. La norma define que un partido estará habilitado para presentarse en las elecciones nacionales sólo si obtiene al menos el 1,5 por ciento de los votos válidamente emitidos en el distrito donde compite y para la categoría por la que se presenta en la contienda. Además, en las PASO queda definida la lista que representará a cada partido en la contienda nacional. Cada agrupación puede presentar uno o más candidatos para el mismo cargo, pero está prohibido que un dirigente compita en más de una categoría. Además, los que pierden quedan, automáticamente, afuera de la oferta electoral. Estas dos últimas cuestiones preocupan a la dirigencia, que si bien entiende que las primarias son una herramienta interesante para resolver cuestiones que de otro modo serían engorrosas, como la convivencia en una misma fórmula de dirigentes de distinto partido, también ve en ellas un obstáculo para los perdedores. Victoria Donda, Ricardo Gil Lavedra y Alfonso Prat Gay lo vivieron en carne propia al ser derrotados en la interna de UNEN con el 12,82 por ciento de los votos. Los tres salieron con las manos vacías de la contienda. Por otro lado, también quedaron afuera los que no llegaron al 1,5 por ciento de los votos, tal como impone la ley electoral. En este segundo grupo figura el ex ministro de Economía Domingo Cavallo; el ex director del Comfer Julio Bárbaro y el titular del gremio de Judiciales, Julio Piumato, por mencionar algunos casos.
Entusiasmados con la novedad, varios dirigentes opositores le dan vueltas hace meses a una misma idea: reformar las PASO. Las alternativas que se barajan son diversas. Entre ellas, una de las que acapara más atención es la que propone que si se presentan dos precandidatos presidenciales, el perdedor integre la fórmula como vicepresidente. Otros, en cambio, opinan que el ganador debería ser el que tenga la potestad de elegir a su compañero de binomio. De llegar a buen puerto, la posibilidad de competir para más de un cargo también podría entrar en el combo a reformar. Aunque para modificar la ley electoral se necesita mayoría especial (129 votos en Diputados), fuentes de la oposición consultadas para esta nota se mostraron optimistas. “La mayoría no se quiere quedar afuera de una elección”, afirmaron.
Mientras en las filas opositoras hay consenso sobre la necesidad de reformar la ley de primarias, en el oficialismo las aguas están divididas. El senador Aníbal Fernández, consultado por Radio América, resaltó que “el próximo candidato del peronismo va a salir de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, entre tres o más candidatos, que deben ser identificados como una propuesta que sea el contrapunto de otra”. Y afirmó que una reforma para permitir que el perdedor integre la fórmula “desvirtuaría” el sentido de las primarias. En ese marco, el pasado fin de semana el diario Perfil publicó un escenario, hoy improbable, en el que el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, aceptaría competir con Scioli en la interna del peronismo. “Veo difícil que el peronismo kirchnerista compita con Massa, no le conviene. Cada vez más, Massa se va convirtiendo en un opositor claro al gobierno de Cristina Fernández. Además, en el Frente Renovador, igual que en el Pro, no habría competencia para postularse a la presidencia. En ambas fuerzas, para ese cargo las primarias serán un simple trámite”, opinó el sociólogo y director de Ibarómetro, Ignacio Ramírez.
“Las PASO surgieron en la Argentina influidas por otras experiencias como la santafesina y la uruguaya”, destacó Rouvier. La fórmula Mujica-Astori surgió en Uruguay de las primarias que, a diferencia del modelo argentino, permiten que el perdedor compita por la vicepresidencia en las elecciones. En el país, según pudo saber esta revista, uno de los defensores del modelo uruguayo y de las PASO es el ex vicepresidente Julio Cobos. Santa Fe, en tanto, fue la primera provincia que tras la reforma constitucional de 1994 ensayó un sistema de primarias similar al que hoy está vigente a nivel nacional. Se trata de una herramienta que no surgió de una demanda popular. Es más, fueron cuestionadas en un principio y aún hoy algunas voces aisladas, como la del intendente de Merlo, Raúl Othacehé, las visualizan como un “gasto innecesario”.
“La revalorización de las PASO es interesante porque permite analizar cómo evolucionan, a distintas velocidades, la cultura política y el folklore partidario, y cómo resisten a los cambios. Se trata de una herramienta novedosa e interesante que no obedecía a una agenda ciudadana, pero que sin embargo fue siempre un instrumento en cuyo espíritu estaba consolidar y fortalecer el sistema político. Que nació envuelto en un discurso apocalíptico que poco a poco se va disolviendo y se sustituye con la idea de un consenso que hay que defender y reivindicar”, consideró Ramírez, al hacer una evaluación del auge que cobraron las internas. Todo indica que era un error juzgarlas apenas fueron creadas, faltaba y aún falta que los ciudadanos las asimilen como una herramienta electoral que alienta la conformación de espacios con algún grado de coincidencia. Pero Ramírez se animó a ir más allá en su análisis, al asegurar que en el futuro “serán una demanda porque sintonizan con cierta sed de participación creciente en la ciudadanía”. Paso a paso se verán los resultados de esta nueva herramienta democrática. En 2015 será la próxima prueba.
Todos piensan en las PASO. Oficialismo y oposición vislumbran que las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias serán una herramienta clave para legitimar y potenciar a los candidatos presidenciales que competirán en 2015. En cuestión de pocos meses, las internas pasaron de ser el patito feo de la política a convertirse en la primera vedette electoral. La experiencia de UNEN para dirimir los candidatos a diputados y senadores en 2013 dejó un saldo positivo que sobrepasó las fronteras de ese espacio y contagió al kirchnerismo, que ya suma varios anotados para competir.
“La apuesta a las PASO dentro del sistema electoral va a ir creciendo y, en 2015, van a tener más importancia e incidencia que nunca. A partir de la experiencia de UNEN, en la Capital, el año pasado, tanto en ese espacio como en el progresista se está intentando forjar una alianza no peronista y las PASO surgen como alternativa para alcanzar esa meta”, aseguró en diálogo con Veintitrés el analista Ricardo Rouvier. Elisa Carrió y Pino Solanas salieron fortalecidos de las internas en el distrito porteño y después, en contraposición con la fórmula entre Ricardo Alfonsín y Margarita Stolbizer que compitió en tierra bonaerense, también obtuvieron mejores resultados en las legislativas. Una de las conclusiones fue que las PASO fortalecieron a los candidatos de la llamada centroizquierda. Hoy los precandidatos del radicalismo, la Coalición Cívica y el FAP confían en este recurso para resolver, incluso, las diferencias entre postulantes de una misma fuerza.
“También, todo indica que el kirchnerismo va a recurrir a las PASO de otra manera, y no como hizo hasta ahora con una candidatura única, que es una simplificación de esta herramienta. Lo más probable es que en 2015 varios dirigentes del peronismo y el kirchnerismo atraviesen por las PASO con varias precandidaturas”, vaticinó Rouvier. “Sí, voy a ser candidato. Voy a participar de las PASO en 2015”, aseguró el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, la semana pasada en una entrevista con Página 12. El lanzamiento, que hace unos pocos meses hubiera generado escozor en las filas kirchneristas, hoy ya es moneda corriente. Después de las elecciones legislativas del año pasado, de a poco, varios dirigentes alineados con la Casa Rosada se animaron a decir en voz alta que aspiran a suceder a la presidenta Cristina Fernández. Hasta ahora, además de Urribarri, los anotados son su par bonaerense, Daniel Scioli; el senador Aníbal Fernández y el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. Juan Manuel Urtubey, gobernador de Salta; el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, quien anticipó que Scioli “no” lo representa, también quieren jugar fuerte en la sucesión. Casi todos están de acuerdo en que las internas abiertas servirán para resolver la contienda. Y también permitirán fortalecer la candidatura del que resulte elegido, ya que el resto tendrá que encolumnarse detrás de ese liderazgo. “En este momento son muchos los candidatos en el peronismo kirchnerista que quieren competir, pero quien gane las PASO verá reforzada su candidatura, porque surge triunfante de una elección”, según Rouvier.
Las PASO fueron creadas en 2009, tras la aprobación de la ley electoral 26.571. La norma define que un partido estará habilitado para presentarse en las elecciones nacionales sólo si obtiene al menos el 1,5 por ciento de los votos válidamente emitidos en el distrito donde compite y para la categoría por la que se presenta en la contienda. Además, en las PASO queda definida la lista que representará a cada partido en la contienda nacional. Cada agrupación puede presentar uno o más candidatos para el mismo cargo, pero está prohibido que un dirigente compita en más de una categoría. Además, los que pierden quedan, automáticamente, afuera de la oferta electoral. Estas dos últimas cuestiones preocupan a la dirigencia, que si bien entiende que las primarias son una herramienta interesante para resolver cuestiones que de otro modo serían engorrosas, como la convivencia en una misma fórmula de dirigentes de distinto partido, también ve en ellas un obstáculo para los perdedores. Victoria Donda, Ricardo Gil Lavedra y Alfonso Prat Gay lo vivieron en carne propia al ser derrotados en la interna de UNEN con el 12,82 por ciento de los votos. Los tres salieron con las manos vacías de la contienda. Por otro lado, también quedaron afuera los que no llegaron al 1,5 por ciento de los votos, tal como impone la ley electoral. En este segundo grupo figura el ex ministro de Economía Domingo Cavallo; el ex director del Comfer Julio Bárbaro y el titular del gremio de Judiciales, Julio Piumato, por mencionar algunos casos.
Entusiasmados con la novedad, varios dirigentes opositores le dan vueltas hace meses a una misma idea: reformar las PASO. Las alternativas que se barajan son diversas. Entre ellas, una de las que acapara más atención es la que propone que si se presentan dos precandidatos presidenciales, el perdedor integre la fórmula como vicepresidente. Otros, en cambio, opinan que el ganador debería ser el que tenga la potestad de elegir a su compañero de binomio. De llegar a buen puerto, la posibilidad de competir para más de un cargo también podría entrar en el combo a reformar. Aunque para modificar la ley electoral se necesita mayoría especial (129 votos en Diputados), fuentes de la oposición consultadas para esta nota se mostraron optimistas. “La mayoría no se quiere quedar afuera de una elección”, afirmaron.
Mientras en las filas opositoras hay consenso sobre la necesidad de reformar la ley de primarias, en el oficialismo las aguas están divididas. El senador Aníbal Fernández, consultado por Radio América, resaltó que “el próximo candidato del peronismo va a salir de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, entre tres o más candidatos, que deben ser identificados como una propuesta que sea el contrapunto de otra”. Y afirmó que una reforma para permitir que el perdedor integre la fórmula “desvirtuaría” el sentido de las primarias. En ese marco, el pasado fin de semana el diario Perfil publicó un escenario, hoy improbable, en el que el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, aceptaría competir con Scioli en la interna del peronismo. “Veo difícil que el peronismo kirchnerista compita con Massa, no le conviene. Cada vez más, Massa se va convirtiendo en un opositor claro al gobierno de Cristina Fernández. Además, en el Frente Renovador, igual que en el Pro, no habría competencia para postularse a la presidencia. En ambas fuerzas, para ese cargo las primarias serán un simple trámite”, opinó el sociólogo y director de Ibarómetro, Ignacio Ramírez.
“Las PASO surgieron en la Argentina influidas por otras experiencias como la santafesina y la uruguaya”, destacó Rouvier. La fórmula Mujica-Astori surgió en Uruguay de las primarias que, a diferencia del modelo argentino, permiten que el perdedor compita por la vicepresidencia en las elecciones. En el país, según pudo saber esta revista, uno de los defensores del modelo uruguayo y de las PASO es el ex vicepresidente Julio Cobos. Santa Fe, en tanto, fue la primera provincia que tras la reforma constitucional de 1994 ensayó un sistema de primarias similar al que hoy está vigente a nivel nacional. Se trata de una herramienta que no surgió de una demanda popular. Es más, fueron cuestionadas en un principio y aún hoy algunas voces aisladas, como la del intendente de Merlo, Raúl Othacehé, las visualizan como un “gasto innecesario”.
“La revalorización de las PASO es interesante porque permite analizar cómo evolucionan, a distintas velocidades, la cultura política y el folklore partidario, y cómo resisten a los cambios. Se trata de una herramienta novedosa e interesante que no obedecía a una agenda ciudadana, pero que sin embargo fue siempre un instrumento en cuyo espíritu estaba consolidar y fortalecer el sistema político. Que nació envuelto en un discurso apocalíptico que poco a poco se va disolviendo y se sustituye con la idea de un consenso que hay que defender y reivindicar”, consideró Ramírez, al hacer una evaluación del auge que cobraron las internas. Todo indica que era un error juzgarlas apenas fueron creadas, faltaba y aún falta que los ciudadanos las asimilen como una herramienta electoral que alienta la conformación de espacios con algún grado de coincidencia. Pero Ramírez se animó a ir más allá en su análisis, al asegurar que en el futuro “serán una demanda porque sintonizan con cierta sed de participación creciente en la ciudadanía”. Paso a paso se verán los resultados de esta nueva herramienta democrática. En 2015 será la próxima prueba.
